El conocido "Estado de Bienestar" ha tocado a su fin y nos vemos ante la necesidad de replantear el sistema social, laboral, sanitario y de subsidios que adquirimos con el "Pacto de Toledo"; puesto que los parámetros han cambiado radicalmente con la postergación del ingreso en la vida laboral por parte de nuestros jóvenes, la longevidad acrecentada y el bajo índice de natalidad.
Gobiernos de "derecha/conservadores" y de "izquierda/progresistas" se hallan aplicando, o en visos de hacerlo, las mismas leyes y restricciones en este delicado asunto que es elevar el número de años cotizados al objeto de asegurar la Caja de Pensiones.
No es plato de buen gusto comunicar tales medidas a los votantes pero no hay mas remedio que afrontar la cruda realidad o, con la cabeza metida en el agujero cual avestruz, empeorar la situación.
En nuestro país, en donde no hay relevo generacional, tendremos que asumir un Sistema Mixto de Pensiones, por un lado, con la Cotización a la Seguridad Social -que debiere contemplar el total de la Vida Laboral del sujeto- y, por otro lado, el ahorro del que cada individuo sea capaz de realizar.
Abordar un Plan Personal de Pensiones, en un país como el nuestro, con la tradición de estafa (Forum filatélico, etc) a los ahorradores, sin perder de vista lo ocurrido en EE.UU. en donde miles de personas vieron como sus ahorros se volatilizaban en cuestión de segundos, no parece que nos cautive en demasía, máxime con la tradición española de invertir en inmuebles que, actualmente, debiera derivarse a la inversión en acciones de Energías Renovables.
También hemos de plantearnos la emigración desde otra óptica, pues la falta de mano de obra, tradúzcase cotizantes, es apremiante. Es al Gobierno a quien corresponde activar medidas económicas que alicienten el trabajo y penalicen el subsidio para todos los sectores, desde el empresario al trabajador nacional y al emigrante, a los que se hallan en desempleo o con derechos de jubilación y, por supuesto, a quienes deciden vivir al margen de la sociedad viviendo a costa de ella.
Las prejubilaciones masivas no son el resorte más adecuado, la inversión en infraestructuras debe ser adecuada, la política de austeridad debe aplicarse a todos los ámbitos, tanto en el doméstico - hemos entrado en la fase de "estirar el euro como un chicle"-, como en la Administración Pública.
Un buen ejemplo sería que los Diputados renunciasen al privilegio de percibir la Pensión Máxima con tansolo 7 (siete!) años cotizados, mientras que a los demás se nos exige un mínimo de 15 años para la mínima. También contribuirían a la dinámica de austeridad el que hiciesen uso del transporte público y no en Preferente, como el común de los mortales y sus homólogos europeos. Tal vez, si viésemos coherencia en ellos, asumiríamos con menor dificultad este reto, al menos nos merecemos un acto de buena voluntad, puesto que no hemos ido a las barricadas, como griegos y franceses.
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