El inversor ruso, nórdico y/o chino
se sitúa en la actualidad como el
comprador extranjero con más poder adquisitivo en España. La principal demanda
consiste en un apartamento o mansión de sol y playa a un precio asequible. Y la
caída de precios de las viviendas entre un 40% y un 60% potencia el atractivo
hacia la península Ibérica para fijar su segunda residencia.
¿Qué busca este tipo de inversor en
nuestro país? "España al precio la chata”
Los nuevos "colonos" del
litoral regional valenciano llegan además con dinero fresco. "No tienen problemas de
liquidez, y todo les parece una ganga. Para su economía, el mercado valenciano de segunda residencia es ahora una buena
oportunidad para invertir"
Su llegada es, de momento, un
goteo incipiente, como lo fue en su día la de los británicos y alemanes, pero
las inmobiliarias de la costa se agarran a los buenos augurios como a una tabla
de salvación en medio de la mayor crisis que han padecido en décadas. Y es que
esta llegada de “aire fresco comprador” es quizá uno de los pocos indicadores
en positivo que ha registrado el mercado de la segunda residencia en el
Mediterráneo en los últimos tres años.
Al exceso de demanda, la
crisis, y la desgana del consumo, las inmobiliarias y particulares han sumado
en el último año otro "enemigo": los bancos y cajas de ahorro, propietarios de
buena parte de la oferta inmobiliaria. "Hasta que las entidades no terminen de
vender lo suyo, nosotros seguiremos pasándolo mal"
La competencia es imposible.
Los bancos y las cajas venden los pisos que tienen en cartera en condiciones de
financiación inmejorables, pero siguen restringiendo los créditos hipotecarios
cuando la vivienda no pertenece a su cartera de inmuebles. "Nos hacen polvo,
porque les llevamos hasta los clientes a la puerta. Viene gente que se interesa
por una vivienda, se decide a comprarla, pero cuando va al banco le dicen que
no le dan crédito. En cambio, les ofrecen el 100% de la hipoteca si se quedan
una de las suyas".
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