La plataforma Voces contra el Terrorismo, del ex presidente de la AVT Francisco José Alcaraz, y ha reactivado en la calle la llamada "rebelión cívica" -en contra de la negociación con ETA- para que la banda no pueda presentarse a las elecciones.
La manifestación, encabezada con el lema "No más mentiras, no más treguas trampa", en alusión al último alto el fuego anunciado por ETA, discurrió el 5 de febrero por el barrio de Salamanca de Madrid, con constantes gritos pidiendo la dimisión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y con críticas al vicepresidente y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Una manifestación que han apoyado siete colectivos de víctimas, como Covite, la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, la de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), la Unión de Oficiales de la Guardia Civil (UO), la asociación Verde Esperanza y las asociaciones riojana (ARVT)y murciana de víctimas(AMUVITE). Sin embargo, no logró el respaldo de la AVT, que dirigió Alcaraz entre 2004 y 2008, ni el de la Federación de Asociaciones Autonómicas de Víctimas del Terrorismo. En mi humilde opinión, de ésta que os escribe, postura vergonzosa y condenable de estas dos asociaciones que me traen a la memoria frases como “por sus hechos los conocereis” y “…de pensamiento, palabra y omisión”
Una primera fila que dejaba patente las huellas del terror y que fué aplaudida a su paso por la calle Serrano de Madrid, por miles de personas que también vitorearon los nombres de los representantes del PP que, a título personal, secundaron la protesta, entre ellos Jaime Mayor Oreja, único integrante de la dirección, y los eurodiputados Carlos Iturgáiz y Teresa Jiménez Becerril. También estuvieron presentes la alcaldesa de Lizartza, Regina Otaola, la ex líder del PP vasco María San Gil, así como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que permaneció fuera del cordón de seguridad que la organización había preparado para marcar el trazado de la marcha. A la manifestación también acudió la presidenta del Foro de Ermua, Inma Castilla de Cortázar, o el funcionario de prisiones que fue secuestrado por ETA, José Antonio Ortega Lara.
Alcaraz recalcó durante la protesta, de dos horas y media de duración, que las víctimas no están dispuestas a que "ETA siga en las instituciones" y insistiendo en que van a seguir "pidiendo justicia, a pesar de que el Gobierno quiera vendernos mentira como que ETA de alguna forma quiere un fin". "Queremos un fin por la derrota", aseveró Alcaraz en declaraciones a los periodistas; un mensaje en el que han coincidido las víctimas que han intervenido emocionadas al final del acto, como la madre de la pequeña de seis años que murió en 2002 en un atentado en Santa Pola, quien ha lamentado que uno de los asesinos de su hija se haya podido comunicar con su padre por videoconferencia mientras ella espera que se celebre el juicio. "El Gobierno nos quiere hacer creer que hay una ETA buena y una mala. Quieren que creamos que los terroristas se arrepienten por oleadas sin contrapartidas, pero eso no es verdad", ha afirmado frente a las víctimas Regina Otaola en su intervención, Como cuando lo ha hecho Santiago Abascal, el presidente de la Fundación de Defensa de la Nación Española, quien ha pedido a los representantes políticos que estén a la altura de España y persigan a los terroristas "sin chivatazos". El caso Faisán y el 11-M también han estado presentes en algunos discursos de las víctimas, que no han cesado de pedir durante la marcha, como la concejal del PP en Azkoitia Pilar Elías, que ETA no esté en las instituciones y no haya "más treguas-trampa".
La manifestación, encabezada con el lema "No más mentiras, no más treguas trampa", en alusión al último alto el fuego anunciado por ETA, discurrió el 5 de febrero por el barrio de Salamanca de Madrid, con constantes gritos pidiendo la dimisión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y con críticas al vicepresidente y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Una manifestación que han apoyado siete colectivos de víctimas, como Covite, la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, la de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), la Unión de Oficiales de la Guardia Civil (UO), la asociación Verde Esperanza y las asociaciones riojana (ARVT)y murciana de víctimas(AMUVITE). Sin embargo, no logró el respaldo de la AVT, que dirigió Alcaraz entre 2004 y 2008, ni el de la Federación de Asociaciones Autonómicas de Víctimas del Terrorismo. En mi humilde opinión, de ésta que os escribe, postura vergonzosa y condenable de estas dos asociaciones que me traen a la memoria frases como “por sus hechos los conocereis” y “…de pensamiento, palabra y omisión”
Una primera fila que dejaba patente las huellas del terror y que fué aplaudida a su paso por la calle Serrano de Madrid, por miles de personas que también vitorearon los nombres de los representantes del PP que, a título personal, secundaron la protesta, entre ellos Jaime Mayor Oreja, único integrante de la dirección, y los eurodiputados Carlos Iturgáiz y Teresa Jiménez Becerril. También estuvieron presentes la alcaldesa de Lizartza, Regina Otaola, la ex líder del PP vasco María San Gil, así como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que permaneció fuera del cordón de seguridad que la organización había preparado para marcar el trazado de la marcha. A la manifestación también acudió la presidenta del Foro de Ermua, Inma Castilla de Cortázar, o el funcionario de prisiones que fue secuestrado por ETA, José Antonio Ortega Lara.
Alcaraz recalcó durante la protesta, de dos horas y media de duración, que las víctimas no están dispuestas a que "ETA siga en las instituciones" y insistiendo en que van a seguir "pidiendo justicia, a pesar de que el Gobierno quiera vendernos mentira como que ETA de alguna forma quiere un fin". "Queremos un fin por la derrota", aseveró Alcaraz en declaraciones a los periodistas; un mensaje en el que han coincidido las víctimas que han intervenido emocionadas al final del acto, como la madre de la pequeña de seis años que murió en 2002 en un atentado en Santa Pola, quien ha lamentado que uno de los asesinos de su hija se haya podido comunicar con su padre por videoconferencia mientras ella espera que se celebre el juicio. "El Gobierno nos quiere hacer creer que hay una ETA buena y una mala. Quieren que creamos que los terroristas se arrepienten por oleadas sin contrapartidas, pero eso no es verdad", ha afirmado frente a las víctimas Regina Otaola en su intervención, Como cuando lo ha hecho Santiago Abascal, el presidente de la Fundación de Defensa de la Nación Española, quien ha pedido a los representantes políticos que estén a la altura de España y persigan a los terroristas "sin chivatazos". El caso Faisán y el 11-M también han estado presentes en algunos discursos de las víctimas, que no han cesado de pedir durante la marcha, como la concejal del PP en Azkoitia Pilar Elías, que ETA no esté en las instituciones y no haya "más treguas-trampa".
Es una ignominia liberar y negociar con asesinos de españoles por el mero hecho de ser españoles y servir a España. MEMORIA, DIGNIDAD Y JUSTICIA para todas las víctimas. Y JUSTICIA ES QUE ESTOS ASESINOS Y EXTORSIONISTAS SE PUDRAN EN LA CÁRCEL.
A lo largo de su historia, ETA ha cometido 794 asesinatos, de los que sólo el 5,5% lo fueron bajo la dictadura de Franco. El 94,5% de los crímenes han sido perpetrados contra el sistema democrático. Desde que se celebraron en España las primeras elecciones libres, las diversas ramas de ETA ha cometido casi tres mil atentados que, además de los muertos, han dejado un balance de más de dos mil personas heridas.
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